EN UNA RELACIÓN


"Una relación es un proceso de revelación propia. He estado tratando de explicar que, si lo permitimos, toda relación actúa como un espejo en el cual podemos percibir claramente lo que está torcido y lo que está derecho en nuestro interior". Jiddu Krishnamurti. 

 
No puedes desear que el otro sea lo que tú necesitas. No puedes esperar que te de lo que quieres ni puedes centrar tu atención en intentar que cambie, en que sea algo diferente de lo que hoy es. No puedes luchar porque la relación funcione ni porque vaya hacia delante. Tus expectativas en ella o en él solo son un espejo de la escasez que existe en tu relación contigo mismo. Y eso que hoy tan solo es un deseo, una expectativa, te condenará a una gran frustración y a un intenso sufrimiento. 

Por mucho que te esfuerces, no vas a conseguir que el otro sea lo que tú quieres y si en algún momento logras que se adapte a ti, a tu necesidad o a tu escasez, a tu falta, en realidad no tendrás nada que celebrar. Tu logro será un fracaso. Tu triunfo, una mentira. La mentira que te impedirá descubrir y amar lo que la otra persona de verdad es. Aunque permanezcáis atados el uno al otro toda la vida, estaréis muy lejos de conoceros, de descubriros y de amaros de verdad. Aparentemente estaréis juntos en el día a día pero profundamente separados en el interior de la relación.

Recuerda que con la única persona con la que te relacionas es contigo mismo. La forma en la que cuidas de ti, el respeto que te tienes, el amor que sientes hacia ti mismo es lo que podrás compartir con el otro. Una relación es el mejor medio para mostrar fuera lo que has construido en tu interior. Por eso, a ti, que hoy me has hablado de las ganas que tienes de tener una relación con él, te pido que recuerdes no perder el foco en ti, mantenerte presente, soltando cualquier expectativa, cualquier atisbo de control. Te pido que no olvides abrirte de corazón y permitirte descubrirle y verle desde el respeto hacia quien de verdad es. Te pido que te sientas libre para ser tú, que te quieras lo suficiente para ser vulnerable, para compartir tus miedos y para dejar que la vida, a cada momento, te vaya mostrando el camino.

Recuerda que el otro es un espejo. Refleja lo que existe en tu interior. Si, como me acabas de decir, deseas que te cuide, pregúntate si tú estás cuidando de ti. Si deseas que sea libre y que esté conectado a sus sentimientos, pregúntate si vives en una cárcel y de qué forma te relacionas con lo que dice tu corazón.

Feliz presente.

Almudena Migueláñez